19 septiembre, 2022
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La electrificación implica muchos cambios. Entre ellos, se encuentra la creación de una infraestructura necesaria de puntos de carga para coches eléctricos. En la actualidad, existe una red de gasolineras muy extensa, la cual nos garantiza la proximidad a un punto de repostaje sea cual sea el punto donde nos encontremos dentro de la Unión Europea. Pero esto no sucede con los puntos de carga para los vehículos eléctricos, por lo que a día de hoy, puede ser complicado circular con un modelo de este tipo, no sólo por España, sino por toda la Unión Europea.
La falta de infraestructura es una de las principales causas de recelo entre los posibles compradores de coches eléctricos. Para mucha gente, iniciar un viaje con la incertidumbre de si se podrá recargar por el camino causa un gran rechazo, y provoca temor ante las posibles consecuencias.
Conscientes del reto que hay por delante la Unión Europea, a través del “Mecanismo Conectar Europa” (CEF por sus siglas en inglés) ha dado su apoyo económico al proyecto Europ-E, un plan con el que la empresa IONITY invertirá más de 195 millones de Euros para instalar, en una primera fase, una extensa red de 340 cargadores de alta potencia en un total de 13 países Europeos.
El objetivo de IONITY es garantizar la posibilidad de cruzar todo el territorio comunitario con un vehículo eléctrico. La red Europe-E, cuyas primeras estaciones ya se han puesto en marcha en Bruselas, permitirá que haya más puntos de carga de coches eléctricos, y con una potencia de 350kw, con lo que se lograrán unos 300 kilómetros de autonomía en apenas 15 minutos.
IONITY es un proyecto empresarial en el que participan diferentes fabricantes de automóviles, entre los que se encuentra Ford, que ya cuenta con numerosos puntos de carga de coches eléctricos en toda Europa. Actualmente, además de la red de alta potencia Europ-E, está instalando otros 400 cargadores de menor potencia en las principales autopistas y autovías de la Unión Europea, situándolos a menos de 120 kilómetros entre ellos. De esta forma, IONITY quiere garantizar que la red principal de corredores Europeos cuente con suficientes puntos de carga como para que cualquier modelo eléctrico pueda circular con garantías.
Con este gran impulso se pretende ofrecer al consumidor la tranquilidad suficiente para emprender cualquier tipo de viaje de larga distancia, disipando así uno de los principales motivos de rechazo al vehículo eléctrico. Si a este despliegue de cargadores le sumamos la decisión de los principales fabricantes de ofrecer como mínimo una autonomía de 400 kilómetros se allana el camino para que la transición a la movilidad eléctrica sea más rápido de lo inicialmente esperado.
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